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    KG

    Edad: 62

    Fort Lauderdale, FL

     

    KG de 62 años es una veterana que tiene diabetes y problemas renales. En los últimos años ha estado periódicamente sin hogar. Vivir en viviendas temporales en albergues comunitarios con su frágil salud y avanzada edad la expone a nuevas amenazas para la salud, incluida la de contraer el Covid-19. Ella está viviendo temporeramente en una habitación de motel proporcionada por una organización benéfica religiosa local.

  • “La vida en las calle ha sido muy difícil”, dice.
     
    KG no tiene seguro médico. Ella no califica para la cobertura de la Administración de Veteranos (VA), ni es elegible para el programa de Medicaid de Florida. Recibe atención primaria en una Clínica pública de Salud del Condado de Broward, pero le preocupa que sin seguro no podrá recibir atención en un hospital o atención especializada cuando la necesite. Ella ya está muy cargada de deudas médicas.
     
    Las clínicas públicas también tienen copagos y deducibles para visitas y medicamentos que ella no puede pagar. Ella puede obtener sus medicamentos para la diabetes y algunos antibióticos gratis en la farmacia de una tienda de comestibles por ahora.
     
    "De hecho, te cobran más si no tienes seguro médico", dice ella. "Recibes una factura y se suma a las que no puedes pagar y luego las envían a una agencia de cobro".

     

    Lo que más le pesa es la falta de una vivienda estable. Incluso cuando estaba trabajando, su salario no era suficiente para pagar un apartamento y todos sus otros gastos de manutención.

    “Es una vergüenza y un escándalo tener tantas personas sin hogar en la comunidad. Florida es un lugar donde la gente viene de vacaciones o a una segunda residencia, pero no hay adónde ir si no tienes hogar”, dice. "La mayoría de las personas viven de cheque en cheque" dice, y las personas mayores se llevan la peor parte".

  • Florida debería construir más viviendas donde las personas con ingresos limitados puedan pagar una parte del alquiler, sugiere. Las listas de espera son tan largas, señala, que parece que nunca te llamarán por tu nombre.
     
    "A nadie le importa ayudar a las personas cuando envejecen y necesitan atención médica y no pueden permitirse comprar alimentos", dice.
     
    Sus luchas han pesado mucho sobre ella, y recientemente le diagnosticaron depresión. Pero no ha podido recibir tratamiento ni medicamentos para tratar su salud mental.
     
    “Trato de funcionar a través de eso”, dice KG. “No dejo que me afecte. En una situación de crisis como esta pandemia, se debe ayudar a alguien que se alistó, que ayudó a defender nuestro país. Soy un ser humano."

     

    Aún así, tiene la esperanza de que su vida cambie y está dispuesta a comenzar de nuevo con capacitación y educación en un nuevo campo.
     
    "Incluso a mi edad, quiero mejorar mi educación", dice. "Las personas pueden hacerlo mejor si pueden obtener ayuda. Pero sin los recursos, ¿cómo podrían hacerlo?"

     

    *Foto de Stock